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Premio de Economía Rey de España

Para personalidades españolas y latinoamericanas en el ámbito de la Economía.

Agustín Carstens, Premio de Economía Rey de España 2022

 

Discurso pronunciado por D. Agustín Carstens en el acto de entrega Enlace PDF: Abre en nueva ventana (1 MB)

 

El jurado del Premio de Economía Rey de España, tras deliberación en su reunión celebrada el 17 de noviembre, ha decidido otorgar el Premio de Economía Rey de España a Agustín Carstens, considerado uno de los responsables de política económica más importante e influyente en el ámbito iberoamericano en las últimas tres décadas.

El Premio de Economía Rey de España fue instituido en 1986 por la Fundación José Celma Prieto con el fin de reconocer la trayectoria científica y profesional de personalidades españolas y latinoamericanas en el ámbito de la economía. En esta decimonovena edición, el jurado, presidido por el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha estado compuesto por Álvaro Rodríguez Bereijo (vicepresidente), José Ramón Álvarez Rendueles, Rodolfo Martín Villa, José Luis Feito Higueruela, Julio Segura Sánchez y Carmen Reinhart.

Agustín Carstens

Agustín Carstens Carstens, nacido en Ciudad de México en 1958, es actualmente el gerente general del Banco de Pagos Internacionales. Licenciado en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México y doctor por la Universidad de Chicago, comenzó su trayectoria profesional en el Banco de México, institución en la que ocupó importantes responsabilidades, entre las que destacan las de tesorero, director general de Investigación Económica y finalmente gobernador. En la Administración de su país, fue subsecretario y, posteriormente, secretario de Hacienda y Crédito Público. En el ámbito americano, fue presidente del Consejo de Estabilidad Financiera para las Américas y miembro del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA) y de la Asociación de Supervisores Bancarios de las Américas (ASBA).

A nivel internacional, fue miembro del Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional, presidente de su Comité Monetario y Financiero y subdirector-gerente de esa institución. Además, ha sido miembro del Consejo de Administración del Banco de Pagos Internacionales y presidido varios de sus comités antes de ser designado gerente general.

En las diferentes responsabilidades que ha ejercido a lo largo de su trayectoria, Agustín Carstens ha destacado por la solidez y profundidad de sus análisis y por su habilidad para generar nuevas ideas, así como por su liderazgo y capacidad de negociación para poner en marcha políticas que contribuyeran a mejorar el uso de los recursos públicos y el bienestar de los ciudadanos.

De hecho, ha sido un actor principal en las principales transformaciones de la economía mexicana en las últimas décadas: la estabilización macroeconómica tras la “crisis del Tequila”; la modernización del marco regulatorio del sistema financiero mexicano; la reforma tributaria y del sistema de pensiones del sector público; y el régimen de autonomía del Banco de México. En suma, ha propiciado la transición de México hacia un mercado emergente altamente integrado en la economía internacional, con uno de los mercados de deuda pública más sofisticados del mundo emergente.

También destacan sus contribuciones a la política económica a nivel internacional: el desarrollo del esquema de objetivos de inflación que actualmente usan la gran mayoría de bancos centrales; sus aportaciones analíticas y operativas para el buen funcionamiento de los tipos de cambio flexibles o la introducción en las emisiones de deuda pública de las Cláusulas de Acción Colectiva. Cabe resaltar igualmente su contribución al diseño del Global Financial Safety Net, con el impulso dentro del FMI de líneas de crédito preventivas para los mercados emergentes con fundamentos macroeconómicos sólidos o el uso de instrumentos de mercado para el manejo de riesgos catastróficos.

Ya desde el Banco de Pagos Internacionales ha liderado el trabajo de la comunidad de banqueros centrales sobre criptomonedas y sobre los efectos de la posible emisión de monedas digitales por parte de los bancos centrales, así como el impacto de la innovación tecnológica en cuestiones monetarias y en los mercados financieros, con la creación del BIS Innovation Hub.